Shinzaburo Takeda nació en Seto, Japón, en 1934. Como habitante de un pueblo muy humilde donde la mayoría de sus habitantes elaboran cerámica, desde los 18 años Takeda destacó por su ingreso a la exigente Universidad de Bellas Artes de Tokio. Allí lo conoció el maestro Tamiji Kitagawa, quien había vivido en México y de regreso al Japón fue a residir a Seto, el pueblo de origen del Maestro Takeda.
Influido por las enseñanzas de Kitagawa, el maestro Shinzaburo Takeda quiso revivir la experiencia de su maestro y en 1963 se trasladó a la tierra de los grandes muralistas. El joven artista vivió once años en la Ciudad de México, estudiando con los grandes maestros del arte nacionalista.
En 1978 Takeda llegó a la región Mixteca de Oaxaca, donde fue seducido por la enorme riqueza cultural, social y natural del estado. No poca de la fascinación que Oaxaca ejerce en Shinzaburo Takeda proviene de su identificación como un acto de mímesis espiritual, con la cultura campesina que halló en los pueblos del sur de México. Esta cultura no se limitó solamente a la producción agrícola, sino que se manifestó asimismo en producciones estéticas de belleza extraordinaria y esencial originalidad. Con esto, el Maestro Takeda vio el reflejo de su vida como un abrasamiento total al ambiente oaxaqueño, cual se incorpora devotamente, no sólo en su obra plástica, sino también en su labor docente y de promoción artística.